Ecuador registra aumento de homicidios en el primer trimestre de 2025.
Ecuador registra aumento de homicidios en el primer trimestre de 2025. Entérate sobre las causas de esta problemática y cómo ha afectado al desarrollo de nuestro país.
Aumento de homicidios en Ecuador: cifras oficiales del 2025
La crisis de violencia en Ecuador, continúa sin precedentes, y este primer trimestre de 2025 no sería la excepción. Según cifras del Ministerio del Interior, entre enero y marzo de este año, se registraron 2.361 muertes violentas.
Esto representa un incremento del 65% comparado con el mismo periodo de 2024, donde se reportó 1.428 crímenes.
Adicionalmente, la cifra también supera un 39% en comparación a los homicidios suscitados en 2023 año en que fue considerado como el más violento en la historia del país.
Punto más crítico
La inseguridad es un tema que afecta a todo nuestro país, el cantón de la costa sigue siendo uno de los principales puntos críticos dondé más asesinatos se cometen. Guayas es la provincia que encabeza nuevamente cifras alarmantes, en tan solo este primer trimestre del año, ha tenido un total de 741 muertes violentas.
¿A qué se debe esto?
Hay muchos factores importantes, los cuales son los detonantes para que el narcotráfico siga creciendo en Ecuador, a continuación detallamos algunos que se consideran importantes.
Vínculos entre bandas criminales y el narcotráfico en Ecuador
Bandas como Los Choneros y Los Lagartos mantienen estrechos vínculos con cárteles del narcotráfico mexicano. Su rol no se limita únicamente a la venta de drogas, sino que también participan activamente en el transporte, distribución y control de territorios estratégicos para estas actividades ilícitas.
Estas organizaciones reclutan a menores de edad, aprovechándose de su situación de vulnerabilidad. En muchos casos, los jóvenes se ven atrapados sin salida en redes delictivas que los utilizan como mano de obra para actividades ilegales.
En el país, y particularmente en ciudades como Guayaquil, los crímenes por ajustes de cuentas, homicidios entre personas con antecedentes penales y otros delitos quedan sin investigarse, sumándose a una larga lista de casos olvidados por el sistema de justicia.
Factores estructurales que alimentan el crimen
La desigualdad social, la falta de acceso a una educación de calidad, la ausencia de espacios recreativos, el desempleo, las migraciones internas y las invasiones de terrenos se combinan para crear un entorno propicio para el crecimiento de estas bandas. Guayaquil, con una población de 2,7 millones de habitantes, es actualmente la ciudad más pobre del Ecuador.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), el 11% de su población sobrevive con menos de 3 dólares diarios.
Esta realidad convierte a miles de personas especialmente jóvenes en presas fáciles de las mafias. A pesar del trabajo de la Policía Nacional no se ha podido erradicar este círculo de violencia y reclutamiento.
Exportación de drogas
Otro punto también a destacar es que el Golfo de Guayaquil se ha convertido en uno de los principales puntos de exportación de cocaína en el mundo.
Esto representa una constante amenaza para pescadores quienes se juegan su vida para poder trabajar honradamente, sino que se ven afectados a constante amenazas, e incluso vacunados por los narcotraficantes.
COMPARATIVA DE AÑOS ANTERIORES
En la historia reciente del país, los meses con mayores niveles de violencia, según datos del Ministerio del Interior, han sido los siguientes:
FUENTE: DATOS MINISTERIO DEL INTERIOR
Estas cifras reflejan cómo, en distintos periodos, el país ha enfrentado picos sostenidos de violencia, lo que refuerza la urgencia de políticas preventivas y acciones coordinadas entre ciudadanía, sector privado y autoridades.
Impacto de la inseguridad en la vida cotidiana y el sector productivo
Sin duda alguna, el impacto que ha generado esta crisis de inseguridad en nuestro país, afecta de manera significativa la vida de los ecuatorianos.
Antes, salir a dar un paseo o disfrutar de una cena en familia eran actividades que se podía salir tranquilamente, sin embargo ahora, ese panorama ha cambiado.
La ciudadanía vive una sensación de vulnerabilidad generalizada, pues en cualquier momento o lugar uno no está a salvo de ser atacado o inclusive asesinado.
Un claro ejemplo de esto, es el hecho que ocurrió el pasado 16 de mayo, donde dos estudiantes de la Universidad de Santa Elena fueron baleadas luego de que sicarios buscaban acabar con un vendedor informal que laboraba fuera de la Institución por ajuste de cuentas. Con esto, una vez más se confirma que esta crisis afecta a todos, inclusive cobrando vidas de personas inocentes.
Esta problemática también afecta al sector productivo. Varios negocios han tenido que cerrar sus puertas al público, muchos con el miedo de ser amenazados o incluso asesinados. Además varios de ellos, han optado por reforzar sus sistemas de seguridad.
Cada vez más se dificulta la creación de nuevas fuentes de empleo, situación que agrava aún más el problema.
Recomendaciones generales para ciudadanos y empresas
En un contexto donde la inseguridad ha dejado de ser esporádica para convertirse en una constante, es fundamental que tanto ciudadanos como organizaciones adopten medidas de prevención simples pero efectivas.
A nivel personal y familiar, se recomienda:
- Estar informados sobre el entorno y sus riesgos.
- Establecer rutinas seguras de movilidad.
- Mantener comunicación constante entre miembros del hogar o del equipo de trabajo.
- Fortalecer redes comunitarias y vecinales que permitan alertas tempranas.
Para las empresas, la seguridad debe asumirse como una inversión estratégica. Esto incluye:
- Revisar protocolos de ingreso y salida en oficinas o plantas.
- Capacitar al personal sobre medidas preventivas y de reacción.
- Contar con planes de contingencia ante situaciones de riesgo.
La tranquilidad se decide, no se espera
Las cifras de violencia revelan una realidad que no podemos ignorar, pero también nos invitan a actuar con responsabilidad. Como sociedad, tenemos la posibilidad de construir entornos más seguros, donde la prevención sea parte de la cultura cotidiana.
No se trata solo de estadísticas, sino de vidas, familias y empresas que merecen operar, crecer y vivir con tranquilidad. La seguridad es un compromiso colectivo, y empieza con la decisión de anticiparse, protegerse y generar conciencia.
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