Extorsión en Ecuador 2025: cifras, riesgos y cómo protegerte
La extorsión es uno de los delitos que más afecta a ciudadanos y empresas en Ecuador. Consiste en obtener dinero, bienes o favores mediante amenazas.
En Ecuador, la extorsión se ha convertido en uno de los delitos más temidos y frecuentes de los últimos años. Este crimen no solo afecta a comerciantes y empresarios, sino también a ciudadanos comunes que reciben llamadas, mensajes o visitas intimidatorias con el mismo objetivo: obtener dinero bajo amenazas.
Las estadísticas son contundentes. Mientras en 2022 se registraron 6.651 casos de extorsión, en 2024 la cifra subió a 20.293 denuncias a nivel nacional. El secuestro extorsivo también creció de manera preocupante: pasó de 581 casos en 2022 a 1.457 en 2024. Aunque los primeros meses de 2025 muestran una tendencia ligeramente a la baja, con 9.422 denuncias entre enero y julio frente a las 15.860 del mismo período en 2024, lo cierto es que el problema sigue siendo grave. Además, se estima que una parte significativa de los casos nunca se denuncia por miedo a represalias, lo que deja un subregistro alarmante.
Este panorama nos obliga a estar informados, identificar las señales de alerta y aplicar medidas de prevención que reduzcan los riesgos tanto en el ámbito personal como empresarial.
¿Qué es la extorsión y por qué aumenta en Ecuador?
La extorsión es un delito en el cual una persona o grupo obtiene un beneficio económico, material o de otra índole mediante amenazas. Estas amenazas pueden ser físicas, verbales, digitales o simbólicas, pero todas comparten un mismo objetivo: infundir miedo para obligar a la víctima a ceder.
En Ecuador, la llamada “vacuna” —cobros ilegales a comerciantes y transportistas para permitirles trabajar— se ha expandido de forma acelerada. Este modelo de extorsión se replica en barrios, mercados, negocios pequeños, empresas medianas e incluso en instituciones educativas y residencias particulares. La expansión de bandas criminales, el uso de la tecnología para intimidar y la falta de denuncia son factores que han facilitado este aumento.
Modalidades más comunes de extorsión
Aunque el fenómeno adopta diversas formas, estas son las más frecuentes en el país:
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Extorsión telefónica: delincuentes llaman desde números desconocidos simulando un secuestro o inventando situaciones de peligro inmediato para obtener dinero rápido.
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Cobros de vacuna: exigencias de dinero a cambio de “protección” o de la promesa de no afectar un negocio o una ruta de transporte.
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Extorsión digital: amenazas a través de redes sociales, correos electrónicos o mensajes en aplicaciones, a veces utilizando información personal obtenida de internet.
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Secuestro extorsivo: privar de libertad a una persona para exigir un rescate, aunque en muchos casos se trata de intentos fallidos acompañados de intimidación.
Señales de alerta que no debes ignorar
Una de las principales características de la extorsión es que siempre busca aprovechar el miedo y la urgencia. Las víctimas son presionadas para actuar de inmediato, sin tiempo para pensar ni verificar la información.
Todo puede comenzar con llamadas insistentes desde números desconocidos. Al contestar, la persona se encuentra con voces amenazantes que advierten sobre supuestos riesgos, desde secuestros hasta represalias directas contra familiares. En otras ocasiones, el contacto llega mediante mensajes escritos que contienen un tono intimidatorio y que, para generar mayor credibilidad, mencionan nombres de familiares, direcciones o rutinas diarias.
Tras sembrar la semilla del miedo, el delincuente pasa a la exigencia inmediata de dinero. La víctima recibe instrucciones precisas de hacer depósitos o transferencias, acompañadas de la advertencia de no acudir a las autoridades. La presión para no denunciar es parte esencial de este mecanismo de manipulación psicológica.
En medio de esta tensión, también aparecen solicitudes de transferencias a cuentas bancarias que no corresponden a instituciones reconocidas, sino a terceros sin relación aparente. Esto es un indicador clave de fraude. Para reforzar el miedo, el extorsionador puede cerrar con frases indirectas como: “si no paga, algo malo le puede pasar”. Este tipo de expresiones, aunque no concretan una amenaza específica, buscan mantener a la víctima atrapada en la incertidumbre y la sensación de vulnerabilidad.
Consejos de seguridad para enfrentar la extorsión
Frente a este panorama, es fundamental que ciudadanos, familias y empresas adopten medidas de prevención claras y efectivas. Estos consejos pueden marcar la diferencia:
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Mantén la calma: los delincuentes se aprovechan del miedo y de las reacciones impulsivas.
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No cedas de inmediato: evita realizar transferencias o depósitos sin verificar la información.
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Verifica los hechos: si alguien asegura tener a un familiar secuestrado, intenta ubicarlo de inmediato antes de actuar.
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Denuncia siempre: contacta al 1800-DELITO o acude a la Policía Nacional. La denuncia ayuda a que las autoridades rastreen a los delincuentes.
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Protege tu información personal: limita la cantidad de datos que compartes en redes sociales y configura la privacidad de tus perfiles.
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Fortalece la seguridad empresarial: cámaras, alarmas, monitoreo remoto y protocolos internos son aliados clave en negocios que pueden ser blanco de extorsión.
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Capacita a tu equipo: en las empresas, todos los colaboradores deben saber qué hacer si reciben una llamada o mensaje de extorsión.
Extorsión en empresas y comercios
Los negocios suelen ser blancos frecuentes de extorsión debido a su exposición pública y a la necesidad de mantener operaciones sin interrupciones. Comerciantes de mercados, dueños de locales, transportistas y hasta instituciones educativas han reportado casos de cobros ilegales.
Implementar protocolos de reacción, coordinar con las autoridades locales y contar con asesoría en seguridad son pasos clave para reducir la vulnerabilidad. Además, la instalación de sistemas de videovigilancia y monitoreo activo contribuye no solo a la prevención, sino también a la recolección de pruebas en caso de una investigación.
Seguridad digital: un frente que no se puede descuidar
Con el auge de la tecnología, los extorsionadores han encontrado nuevas formas de operar. Los correos electrónicos con amenazas de publicar información privada, los mensajes en redes sociales con supuestas pruebas de “seguimiento” y hasta las estafas con imágenes editadas forman parte del nuevo repertorio.
Protegerse implica usar contraseñas seguras, activar la autenticación en dos pasos, evitar abrir enlaces sospechosos y mantener la discreción sobre la vida personal en entornos digitales.
La extorsión es un delito que busca controlar a través del miedo. Aunque las cifras en Ecuador son alarmantes, la prevención y la información son las mejores herramientas para protegernos. Identificar las señales de alerta, mantener la calma y denunciar oportunamente son pasos fundamentales para romper el ciclo de este crimen.
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