Cómo las bandas delictivas están aprovechando la vulnerabilidad juvenil y qué hacer al respecto.
El reclutamiento a menores por parte de grupos delictivos es una alarmante problema que continúa creciendo a favor del narcotráfico. Menores de edad son el blanco perfecto para operar como traficantes.
Contexto: Una mirada profunda a este problema.
En 2024, Ecuador fue posicionado como uno de los países con la tasa más alta de homicidios por cada 100 mil habitantes en América Latina. Según un estudio de Insight Crime. Las principales causas que generan estos índices de violencia son el narcotráfico y actividad entre pandillas por territorios. Además de tener nexos con el narco mexicano.
Este punto de inicio, trae consigo aristas que también son parte de la problemática, en este caso, el: Reclutamiento de menores por parte de bandas delictivas. Este ha sido un tema que siempre ha estado presente en la sociedad ecuatoriana, pero de una manera totalmente marginal y aislada.
Desde los 2000, bandas criminales como Latin Kings, reclutaban niños y jóvenes en escuelas de Guayaquil para cometer robos, entre otras actividades delictivas. Hoy en día, la situación continúa, pero con un objetivo en específico: posicionar al Ecuador como uno de los principales centros de tránsito de droga hacia mercados internacionales.
¿Por qué Ecuador?
Según declaraciones de John Reimberg, Ministro del Interior, se ha decomisado 41.5 toneladas de droga en lo que va el 2025. Mientras que en 2024 y 2025 la cifra sube a 330 toneladas.
Colombia y Perú, son considerados los dos mayores productores mundiales de cocaína, con varios puertos en sus costas y una economía dolarizada.
Por lo tanto, Ecuador se ha convertido en el blanco perfecto para bandas criminales, dando así un paso importante para el tráfico de esa droga que se dirige mayormente a Europa y Norteamérica.
Una de las ciudades principales en donde se concentra más focos de violencia en Ecuador, es Guayaquil, un punto muy estratégico en economía por su conexión con el puerto. A pesar de eso, es una de las ciudades con más pobreza en el país y donde más droga se consume y se vende. Siendo el punto de atención para el reclutamiento de menores de edad.
Este problema es tan radical que incluso, miembros de la Policía Nacional se han visto involucrados. Recordemos un caso controversial que sucedió en diciembre de 2024, donde un Policía en servicio activo fue arrestado por supuesto reclutamiento a menores de edad para que comentan asesinatos en estilo sicariato.
Este hecho sucedió en el cantón Jipijapa en la provincia de Manabí, según investigaciones el detenido reclutaba niños y adolescentes para entrenarlos en el manejo de armas.
Por otra parte, en Durán existen las llamadas “escuelas de sicarios”, donde los menores reclutados aprenden a maniobrar el armamento de alto calibre usado por los sicarios de las bandas.
¿Por qué son menores de edad?
Los niños y adolescentes que viven en zonas vulnerables son el blanco perfecto para ser reclutados. La mayoría vive en condiciones precarias y hogares disfuncionales lo que hace más fácil la manipulación.
Además de eso, también radica la falta de educación, la escolaridad es prácticamente inexistente y en condiciones marginales.
La escuela debería ser un refugio, un segundo hogar para que los niños puedan acceder a una educación de verdad, con valores y criterio para crear una sociedad de bien, sin embargo, en Ecuador, es todo lo contrario. Más bien, son el lugar perfecto para el reclutamiento.
Las bandas criminales ofrecen a jóvenes sin dinero, regalos de navidad, drogas, dinero y estatus de pertenecer a una pandilla. Muchos aceptan, ya que viven violencia infantil en sus hogares, otros por otra parte, aceptan por miedo a que algo les ocurra a ellos y a sus familias.
Tráfico sexual y violencia de género
Si bien es cierto, el reclutamiento busca a niños y jóvenes para vender y expandir la droga en diferentes territorios, las niñas son reclutadas para actividad sexual, muchas de ellas quedan embarazadas en una situación crítica de abandono y maltrato. Convirtiéndose en un ciclo de nunca acabar.
Impacto psicológico y emocional en menores reclutados:
La infancia marcada por la violencia y la criminalidad deja cicatrices profundas. Muchos de estos menores presentan trastornos de ansiedad, depresión o incluso pérdida total de empatía.
Al ser pequeños y no tener otra opción muchos de ellos acceden a esta “nueva forma de vida” asumiendo que es una mejora y alternativa que cambiará sus vidas.
La ausencia del Estado y el abandono institucional
Otra principal causa es el abandono por parte del Estado, no se ha invertido lo suficiente en educación, lo que hace que este problema sea más difícil de combatir.
Para comprender mejor, según datos del Ministerio de Educación, en el país hay más de 450.000 niños y adolescentes, de entre tres y 17 años, que no asisten a una de las 16.000 escuelas y colegios que hay en el país.
Muchos de ellos son obligados a dejar la escuela para empezar a trabajar en el comercio informal, y ser parte del pilar económico de sus hogares.
Ante una falta de respuesta por parte del Estado, muchos niños y adolescentes deben asumir roles que no les corresponden, muchos deberían estar estudiando, aprendiendo, pero los factores como falta de empleo, inseguridad, narcotráfico hace que su futuro sea incierto e inclusive peligroso.
¿Qué podemos hacer como sociedad?
Antes que nada, como sociedad debemos reconocer que este problema es un hecho real, durante años, el reclutamiento infantil por bandas delictivas siempre ha sido un tema sensible y marginado, no ha existido un planteamiento adecuado para poder tratarlo y erradicarlo de la sociedad. Muchos niños que viven en zonas vulnerables no solo sufren discriminación, sino también exclusión del sistema educativo, de la salud y de una alimentación digna.
Como ciudadanos nuestro deber es velar por los más pequeños, quienes son el futuro de la patria. Sin embargo, también debe existir un trabajo en conjunto con el Estado. A continuación, unos puntos a considerar:
✅ Reconocer el problema como un hecho nacional y urgente: Es de suma urgencia, debe erradicar la violencia en nuestro país, eliminar el narcotráfico, implementar la creación de más escuelas y reconstruir a las que tienen una infraestructura en estado de precariedad.
✅ Promover empleo y economía en zonas olvidadas: Crear más fuentes de empleo digno en todas las áreas, sin discriminación de sexo y edad.
✅ Formación continua y apoyo al personal docente: Incentivar y capacitar al personal docente para mejorar la pedagogía, creando estrategias efectivas para que puedan tener la facilidad de brindar clases de calidad.
✅ Reactivación Económica: Recuperar las zonas de abandono y activarlas para que genere comercios, empleos como también implementar servicios básicos para las comunidades que han estado en total abandono.
✅Apoyo psicológico: Brindar atención y apoyo a familias en situación de violencia.
La realidad del reclutamiento infantil nos obliga a actuar con conciencia y compromiso.
En LAAR SEGURIDAD trabajamos por comunidades más seguras y empoderadas.
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